Hi-Fi

El tema de hoy es un poco deprimente, os aviso ya de antemano, para que luego no me digáis cosas feas como «emo de mierda» o «bohemia hipster petarda»  o incluso «Isabel Coixet». Hoy voy a hablar (otra vez) de la fidelidad. Bueno, de lo poco que se estila. Es que el asunto es serio.

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Eh eh, que esto es serio

No voy a acusar a los hombres de ser los que siempre son infieles, las mujeres también lo son, y mucho, no me incluyo en este saco porque no me considero una persona infiel (algo bueno tenía que tener), aunque sí soy una persona difícil de contentar; rasgo intrínseco en la mujer. Eso es así, lo siento, si no os interesa, haber sido gays.

Hoy no voy a hablar de la infidelidad en la juventud, no tiene sentido; la gente a nuestra edad no valora las relaciones como se valoran a partir de los 30-35 años. A nuestra edad queremos pasarlo bien, terminar los estudios que estemos realizando y pensar en lo genial que será nuestra vida cuando nos independicemos. Si aparece alguien afín a nosotros con quien nos sintamos a gusto, genial; pero no es una prioridad. Pero a los 30-35 años todo cambia, por algún motivo, la gente empieza a querer cierta estabilidad emocional, a formar una familia y, en el 90% de las veces, a cagarla meter la pata con decisiones poco acertadas. «¿Decisiones poco acertadas? ¿Como cuáles?» os preguntaréis. Tranquilos, ¡realizaré una de mis listas para responder a vuestras preguntas!

  • No tener en cuenta que la pasión siempre desaparece.
  • No tener en cuenta que para siempre es, si tienes suerte y no la palmas joven, mucho tiempo.
  • Dejar a las amistades anteriores y crear un grupo de amigos común formado por parejitas más o menos felices.
  • No hacer nada por evitar la rutina en casa.
  • No hablar sobre qué hacer cuando la pasión desaparezca.

A todo esto hay que sumar los baches que vienen de serie en una relación seria, con matrimonio e hijos:

  • La crisis de los 30 en las mujeres.
  • La crisis de los 40 en los hombres.
  • La crisis de los 40 en las mujeres.
  • La crisis de los 50 en los hombres.
  • La depresión post-parto.
  • Las estrías post-embarazo.
  • La menopausia en la mujer.
  • Los cambios de humor de la mujer.
  • Las secretarias sexies.
  • La UEFA, la Champions, los Mundiales, las Eurocopas.
  • Lo golfos que son los hombres.

Partiendo de la base de que todos los hombres son infieles, llegamos a la siguiente pregunta: ¿Por qué nos emperramos en esperar de ellos fidelidad total hasta el día del Juicio Final? No va a pasar, van a ser infieles tanto en obra como en pensamiento, si ya vamos con la idea de que eso va a suceder, la decepción será mucho menor. No habrá drama. Ni problemas. Ni complicaciones. Que una persona no vaya a ser nuestra exclusivamente no quiere decir que no nos quiera. Tampoco nosotros vamos a ser exclusivamente de nadie, nuestro cerebro se va a veces. Nadie es un santo. Absolutamente todas las mujeres casadas de más de 40 años que conozco babean por alguien de su trabajo; y, no son infieles a sus maridos, porque con su objeto de deseo no tienen ni la más remota posibilidad, si no, vaya que si lo serían, jugarían a las cartas en cada mesa de la oficina, contra cada archivador y hasta sobre la Nespresso.

También hay que decir que hay hombres que reprimen esos impulsos porque su cabeza impera sobre su As de Bastos, esos hombres son ejemplares únicos que deberían estar expuestos en vitrinas en los principales museos del mundo. No abundan, pero alguno hay, así que no deis por hecho que vuestra pareja es uno de estos ejemplares únicos; porque, querida, las estadísticas juegan en tu contra. Luego mira, si tienes suerte, ¡esa alegría que te llevas!

Creo que está bien por hoy, que tengo mucho que hacer y muy poco tiempo. ¡Con Dios!

Tipos de relaciones

Hoy me he despertado antes de que sonara el despertador, lo cual me ha dado un aire atormentado y profundo que, en realidad, no es más que sueño. Mucho sueño. Este fin de semana me he dedicado a atormentar a mi compañero de piso con dos películas de las que hacen llorar, a mí por lo menos (Jeux d’enfants y Where The Wild Things Are), así que el karma me lo ha devuelto con este maldito insomnio matutino.

Gracias insomnio

Gracias insomnio

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